Hace poco y gracias a un artículo en el periódico descubrí el blog de una chica italiana. Tiene recetas hechas con varias cosas que normalmente acostumbramos a deshechar. Recuerdo que ví una foto de algo que parecía de lo más apetecible y con ayuda del traductor descubrí que las pieles de las patatas eran uno de los ingredientes. Además también usa el lavavajillas para cocinar al mismo tiempo que hace el lavado.
También ví una pizza hecha con la base de pan duro y me quedaron ganas de probarla, pues siempre queda pan de sobra. Creí que había guardado el enlace, pero no consigo encontrarlo...es tal la cantidad que tengo que tendré que rebuscar mejor.
Ingredientes
120 gramos de miga de pan duro
leche
harina, la que admita
una lata pequeña de anchoas
2 ó 3 cucharadas de tomate triturado
orégano seco
100 gramos de queso mozzarella
aceite de oliva
Preparación
Poner a remojar la miga de pan en la leche, como mínimo, una media hora. Escurrir y deshacer la miga. Espolvorear una superficie limpia con harina, formar una bola con la miga e ir añadiendo más harina al mismo tiempo que vamos amasando. Así hasta conseguir una masa que no se nos pegue a las manos y sea manejable. Estirar con el rodillo, dejando más o menos fina, según nuestro gusto. Colocar sobre una bandeja de horno con papel sulfurizado, cubrir la base con el tomate triturado. Añadir el queso, las anchoas y espolvorear con el orégano.
Finalmente pulverizamos con un poco de aceite de oliva y meter al horno precalentado a 200º C. Transcurridos unos diez o quince minutos ya estará lista nuestra pizza.
Por el resultado nadie nos va a decir con que está hecha y que la masa no se parece a la habitual. Lo único que le falta un puntito crujiente, pero para la próxima pienso solucionarlo metiendo la base a hornear un poco antes de incorporarle el resto de ingredientes.
Galletas de jengibre: cómo hacerlas mejores
Hace 4 horas